En ésta primera entrada, he optado por hacer un análisis sobre los diferentes tipos de áreas protegidas que existen, y sus características según su contexto. En este sentido, me he basado en un estudio a partir de la bibliografía citada, a fin de aproximarse a la realidad a tratar. Mi idea es plasmar las relaciones que se han producido y se producen actualmente entre las áreas protegidas y las poblaciones locales, en tanto si éstos participan de su gestión e implantación. Es así como me he dispuesto a hacer un primer apartado que sirva como repaso histórico, donde trato de dar cuenta de los orígenes y cambios que han sufrido el fenómeno de las áreas protegidas, como algo que ha ido en aumento.
Ante esta realidad, las siguientes entradas servirán para explicar en qué consisten los espacios protegidos y para qué son necesarios, o porque se erigen básicamente, así como las implicaciones y consecuencias que se derivan de ellos. Es intención de éstas entradas el mostrar las diferentes maneras de relacionarse con las poblaciones locales y los indígenas de los territorios, para ver las diferentes realidades posibles de los modelos. Dentro de estas implicaciones analizaré los aspectos positivos y negativos que pueda haber, al igual que los cambios que se han ido produciendo en respuesta a las problemáticas surgidas
Repaso histórico
Pienso que es necesario hacer un pequeño repaso histórico sobre cuando empezó a surgir la necesidad de preservar algunos territorios y por tanto, la creación de los Parques Nacionales y de más espacios protegidos. Gracias a la aportación del texto de Fuente, J & Majoral, R. (2000) podemos acercarnos a la contextualización de estos hechos.
Si hacemos el análisis a niveles general de nuestro planeta, encontramos como la política de protección medioambiental se inició a finales del siglo XVIII con el creación de los primeros parques naturales:
El primer parque Nacional del mundo estuvo constituido en Estados Unidos, y fue el de Yosemite Valley y Mariposa Grove en 1864, antes de que en 1872 se declarara el de Yellowstone (Mallarach 1995) aunque en otros lugares haya podido ver cómo el de Yellowstone había sido el primero (Fuente & Majoral 2000). Posiblemente la variable sea causada por los años en los que se erigió, siendo a finales de la Guerra de los Estados Unidos cuando se contextualiza, y dado también la importancia que tuvo el de Yellowstone.
En 1985 ya habían en el mundo unos 1.050 parques y reservas en 73 países y sólo en Europa habían unos 400 espacios naturales protegidos. En España el proceso de creación y gestión de los parques naturales se inició a principios del siglo XIX. Y la actuación de los organismos competentes se puede dividir en tres etapas hasta el momento del traspaso de las competencias a la Generalitat de Cataluña:
- Comisaría de Parques Nacionales, que fue creada en el amparo de la Ley de Parques Nacionales, el 7 de diciembre de 1916 y la cual gestionó los cinco primeros parques nacionales españoles.
- Dirección General de Montes creada en virtud de la Ley de Montes al 1957, la cual creó tres nuevos parques.
- Gestión de ICONA, a través de la cual se aprobó la Ley de Espacios Naturales Protegidos, el 2 de mayo de 1975.
Esta última etapa con la ley de 1975 estableció las cuatro figuras concretas de protección: Reserva integral, Parque Nacional, Paraje Natural de Interés Nacional y Parque Natural.
La normativa actual es la Ley de Conservación de Parques Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres del 27 de Mayo de 1989, la cual reformó las figuras básicas de protección: Parques, Reservas Naturales, Monumentos Naturales y Paisajes Protegidos, que salvo los parques Nacionales, eran competencia de las Comunidades Autónomas.
Actualmente encontramos como en cuanto al territorio de Andalucía, un 18,5% se encuentra declarado como espacio natural protegido. (HERNÁNDEZ, E. 2008) Hecho que nos puede acercar a la cantidad de zonas que han ido protegiendo en España. De igual manera que ya en 1995 se calculó que alrededor del 3% de la superficies de los continentes eran espacios protegidos. (Mallarach 1995) y en Cataluña se calculó con el PEIN, que aproximadamente el 20% del territorio catalán se encontraba bajo protección (Fuente & Majoral 2000)
En cuanto a Cataluña la preocupación por el medio natural se remonta a finales del S.XIX con la aparición del movimiento excursionista 1873. El proceso hasta la actualidad lo podemos ver en diferentes momentos:
- En la década de los años 30 se redactó el Regional Planning, 1932 más concretamente. Este, supuso la aplicación en Cataluña de los postulados de las corrientes internacionales de la época en relación con la planificación regional. Este plan efectuaba una zonificación del territorio catalán con propuestas de grandes corredores de transporte, zonas de interés agrícola a observar, áreas de localización industrial y espacios de interés natural y paisajístico.
- Plan de Obras Públicas 1935 con diferentes planes sectoriales. Se propusieron varios planes de protección de determinados paisajes y depuración de aguas residuales.
- Entre el final de la guerra civil y la promulgación de la Constitución Española de 1978, destaca el Plan Provincial de Barcelona, para preservar espacios naturales significativos como Montserrat y el Montseny.
- Con respecto a las actuales, están inspiradas en la doctrina territorial elaborada en los años setenta básicamente. Destaca las aportaciones del Congreso de Cultura Catalana donde se recuperaron proyectos de los años 30 como el Regional Planning donde se diagnosticó los principales problemas territoriales y se propusieron instrumentos para resolverlos, tal como la elaboración de unas directrices generales de ordenación territorial aplicables al conjunto de Cataluña para afrontar problemas como el crecimiento urbano incontrolado, la polarización creciente de la polarización y la actividad económica en el área metropolitana de Barcelona y las comarcas próximas, la falta de infraestructuras y equipamientos públicos, los problemas de despoblación de las comarcas agrarias y de montaña. La mayoría de estos problemas se recogen en la Ley de Política Territorial de 1983. (Fuente & Majoral 2000)
Ante este repaso histórico debemos tener en cuenta que en la década 60-70 fue muy importante por el tema al que nos dedicamos, gracias a que aumentó considerablemente los estudios ecológicos, así como diversos planteamientos. Y es que no fue hasta 1960 que los estudios de etnólogos y antropólogos definieron la importancia por ejemplo de las poblaciones indígenas (Mallarach 1995). Consiguieron ir acabando con los prejuicios que se tenían sobre ellas, y así, mostrando que se tratan de culturas complejas con formas de vida extraordinarias de las que deberíamos aprender en muchos casos, como en el sentido de preservar y aprovechar la naturaleza , sin dañarla o acabar con ella. Es necesario ver la importancia de que los indígenas suelen darle a su entorno, en su territorio, en tanto que son para ellos sus tierras sagradas a partir de las que pueden disfrutar de vivir en armonía con la naturaleza. Es pues básico por el hecho de que significó un antes y un después, que aunque no supuso un cambio total, sí que supuso unas nuevas visiones sobre aquellos "otros", a los que se les empezó a mirar con un otro perspectiva menos etnocéntrica.
De esta manera, también vemos como con la aparición de la ecología política introduce las dimensiones políticas al análisis de que hasta entonces se había conocido como ecología cultural, la cual se empieza a desarrollar a partir de los años 80. Con el surgimiento de la nueva subdisciplina enfocan también nuevos temas de interés para el objeto de estudio como las diferencias sociales en el acceso a los recursos, el papel de los factores políticos en la gestión de estos, las dinámicas de desarrollo y su efecto sobre el medio ambiente o la articulación entre contextos locales y globales, y en el que entendemos por ecología política han convergido diferentes disciplinas que tienen como objetivo común establecer las causas y los efectos de la degradación ambiental. (Comas de Argemir 1999) Igual de importante fue también el momento en que apareció otro enfoque llamado entoecologia que centró la atención en las actividades humanas de diferentes grupos y en las maneras de percibir el mundo de estos, en lugar de interesarse por su impacto ecológico. (Milton 1997)
Es importante también ver cómo estos cambios que se han ido produciendo en los años en los diferentes países, han ido relacionados también con diferentes genealogías teóricas que han confluido en el análisis antropológico de la conservación. Así, podemos encontrar hasta el momento tres etapas ante la manera de conservar el espacio o acercarse a la preservación de los territorios, según Vaccaro & Beltran (2012):
1. La preservación a ultranza: El ejemplo lo encontramos en el parque de Yellowstone. Es un enfoque excluyente y que en muchos casos implica el desalojo de los habitantes locales. Se gestiona con el fin de impedir la introducción de agentes externos a los espacios protegidos, y en muchos casos se encuentra como la gestión no está desarrollada con los actores locales, sino que está desarrollada por unas determinadas instancias. Tienen un interés elevado en la mercantilización del espacio natural.
2. La conservación participativa: Se encontró como respuesta a las críticas y demandas fiestas al anterior modelo. Se pedía acabar con la injusticia ambiental que provocaba la conservación impuesta, ya que en muchos casos provocaban conflictos entre la comunidad local que no estaba de acuerdo y las administraciones ambientales. En esta etapa se ven con unen diferentes agentes y demandas, como el buscar mayor reconocimiento político y económico de los estados post-coloniales independientes, el apoderamiento de actores no occidentales, y por lo tanto favorecer el desarrollo de enfoques más participativos. También se hizo una demanda de reconocimiento del valor de las formas de vida y apropiación de la naturaleza de las comunidades locales tradicionales, y por último se introdujo el concepto de "desarrollo sostenible" que trataba de poder unir los sistemas sociales y ecológicos a través de la historia, de la misma manera que miraba de avanzar en la conexión entre la conservación del medio ambiente y el derecho al desarrollo. Así pues, se devolvió las competencias a los actores locales. Surgieron formas como las Gestiones Comunitarias de Recursos Naturales para articular el desarrollo y la iniciativa local con la conservación.
3. La conservación neoliberal: Surgió a partir de darse cuenta de que las políticas de conservación necesitan muchos recursos que los espacios protegidos no generaban. Así, al necesitar un aporte continuo por parte del Estado y de otras instancias, se buscaron soluciones. Así, el turismo y los subsidios de empresas, gobierno ONG que están interesadas en una conservación del medio, han representado una parte muy importante en los planes de gestión de los espacios protegidos. Estas formas de financiación se negocian a veces sin tener en cuenta a las comunidades locales, y por tanto despreciando absolutamente a éste y las poblaciones indígenas. En la actualidad, la naturaleza protegida es una mercancía que se ofrece a los mercados internacionales y por lo tanto, se ha producido una desregularización de la conservación a través de la cual la privatización y la alienación ambiental han adquirido al mismo tiempo, un papel cada vez más relevante.
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